¿Será que realmente existe la hermandad entre los países? No sé ustedes que opinan pero la historia demuestra lo contrario. Son numerosos los problemas entre países vecinos y eso sólo enfocándonos en nuestro maravilloso continente.
Que si Hugo Chávez, presidente de Venezuela, está metido en las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que si los mexicanos están inundando Estados Unidos y están dejando sin trabajo a los gringos, que si Chile le robó territorio a Argentina, y ahora por ENÉSIMA vez, que Costa Rica se quiere adueñar del bendito Río San Juan.
¿Cómo es posible que a pesar de que estamos en pleno siglo XXI sigamos con problemas limítrofes? ¿Ya no deberíamos tener bien claro cuál es nuestro territorio, después de 152 años de haber firmado el Tratado Cañas-Jerez? Y sí, 152 años, impresionante ¿cierto???
Pero no, se sigue y se sigue en el mismo pleito. Lo sorprendente de todo esto es cómo Nicaragua sigue luchando por aumentar su territorio cuando tiene dos veces y medio MÁS territorio que Costa Rica y todavía para empeorar más la cosa, cuenta con un PIB (Producto Interno Bruto) de casi la mitad del de Costa Rica. Entonces señor Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ¿qué pretende usted?
Es impresionante cómo dos países que podrían unir sus fuerzas, no tan sólo por ser países vecinos sino también países hermanos por la gran cantidad de nicaraguenses que han venido a crecer a esta tierra, se peleen y se destruyan.
Es hora de dejar atrás la envidia y el rencor, que cómo hemos visto en númerosos casos, de nada ayuda.
Yo soy del pensamiento de que le debemos mucho, es más muchísimo agradecimiento a la población nicaraguense trabajadora, que nos ha colaborado para que hoy seamos un mejor país del qué fuimos ayer. Tengo que agradecerle a todos los nicaraguenses que con sus manos han cosechado el café del que tanto nos jactamos los ticos y que tan poco hemos tocado. Tengo que agradecer los edificios que han levantado, la caña que han generado, la numerosa cantidad de casas que han limpiado.
Son los nicaraguenses a los que debemos agradecer el contar con una población altamente alfabetizada y con grandes metas de superación profesional, es a nuestros hermanos nicaraguenses que debemos agradecer el que hoy podamos en lugar de una pala tomar un teclado y trabajar honradamente.
Por eso yo soy del parecer de que no debemos dejar que conflictos de este tipo nos alejen y hagan florecer los sentimientos xenófobos, pues a fin de cuentas se nota que todo es cuestión de política, de los y las "genios" que están en la cumbre y a los que no les pasa absolutamente nada por decisiones estúpidas que tomen.
No nos dejemos engañar, no nos dejemos tratar como maniquies a los que pueden mover a su antojo. ¡¡¡Aboguemos, tal vez no por un mundo pues es muy utópico, pero sí por dos países vecinos y hermanos en paz!!!
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